Fancine II

Tercera jornada: 24.11.13

The battery

Ya parecía que nos estábamos desviando un poco del cine fantástico con historias tan “realistas” como Breakaway o Missionary, pero entonces llega The battery, una extraordinaria historia de zombis que transcurre en el bosque. Su director y guionista (Jeremy Gardner) se posiciona a sí mismo en el papel de Ben, un exjugador de baseball que viaja junto a Mickey, su excompañero de profesión. Aunque Ben y Mickey nunca habían sido amigos, las circunstancias que un apocalipsis zombi acarrea los lleva a viajar juntos tratando de no convertirse en uno más de esos seres lentos y estúpidos que vagan en busca de carne fresca.

Mickey y Ben
Mickey y Ben

La personalidad de los protagonistas, al igual que pasaba con Scenic Route, son totalmente distintas. Ben es un hombre extrovertido, muy dejado en su físico, al que parece que la situación le venga como anillo al dedo. Casi como si disfrutase matando zombis. Mickey, por el contrario, representa la seriedad y el reflejo de una actitud algo más realista en cuanto a su situación. Es un romántico que lo ha perdido todo, y es consciente de ello. Para aislarse de ese mundo vacío se refugia tras unos cascos enormes que siempre lleva consigo, ignorando las advertencias de Ben de que un día sufrirá las consecuencias de un mundo en el que se necesitan los 5 sentidos para sobrevivir.

No esperéis un The Walking Dead donde los zombis se agrupan en manadas y se convierten en el centro de atención turístico del público. No. The Battery contó con un ajustado presupuesto de 6000€, invertidos entre los 10 amigos del director que formarían el equipo de rodaje. Por esto, es lógico que una película independiente de estas modestas dimensiones no pueda gastar su presupuesto en efectos especiales a mansalva antes de contar una buena historia. Y es aquí donde reside la gracia y lo nuevo que aporta The Battery al género, que aparecen pocos zombis, los saca fuera de cámara o los tapa tras una manta de un coche. No importa, todo queda a la imaginación. Sin embargo, no penséis que la película pierde calidad, sino todo lo contrario. Jeremy da un giro de 180º y se centra en el diálogo y en la psicología de los personajes. Y no le sale nada mal.

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Por suerte, Jeremy fue uno de los de los pocos directores que el festival ha traído a Málaga, y digo suerte porque nos lo pasamos genial con su presencia. Después de escucharle la verdad es que no tenemos muy claro si interpretó un papel o fue él mismo, ya que tiene el mismo desparpajo que Ben. Entre las curiosidades que nos contó destaca cómo se hizo con la canción que protagoniza una de las mejores escenas en la película. La consiguió por Twitter, cuando el grupo le cedió los derechos casi sin pedírselo. La canción en cuestión es Anthem For The Already Defeated de la banda canadiense Rock Plaza Central, la cual os recomendamos que le echéis un vistazo porque a nosotros nos encantó.

(Ponemos el videoclip oficial porque la escena en la película es tan fantástica que queremos que vayáis a verla al cine)

The Battery es una auténtica película de zombis que nada tiene que envidiar a las grandes producciones. Seguro que los 600€ que aportó cada miembro del equipo se ha visto recompensado solo con las dos semanas que duró el rodaje. Una auténtica obra cinematográfica independiente.

8.5/10

Missionary

Poco que contar de esta tercera obra de Anthony DiBlasi en la que un misionero mormón se enamora de una madre soltera. Missionary cuenta con dos partes muy diferenciadas. En la primera se desarrolla lo que acabo de contar: historia típica de película de los sábados por la tarde en la que te tragas mil anuncios y terminas solo porque ya la has empezado. Ojalá hubiese habido anuncios, así al menos habríamos descansado. Como digo, primera parte muy lenta, muy culebrón. No es hasta la segunda mitad cuando nos enteramos que el protagonista es un enfermo mental que no deja que esta mujer vuelva con su exmarido. Aquí comienza a ponerse medio interesante, pero tampoco nos excedamos.

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Lo único a destacar sería cómo se ha llevado la psicología desequilibrada del protagonista, que poco a poco pasa de ser el chico perfecto a un asesino sin escrúpulos. Salvando las distancias, podríamos compararla con esos dos jóvenes educados de Funny Games.

Lo dicho, no vayáis a ver esta película, ahorraos esos 2€ y encended la tele. O haced cualquier otra cosa.

4.5/10

Cuarta jornada: 25.11.13

Forever’s end

Lo primero primerísimo que tenemos que decir sobre esta película es que no entendemos qué coñ* hace en el Fancine, no nos parece que encaje dentro de la temática a la que debería ceñirse el festival, además de que ni roza el mínimo de calidad que debe tener una película presentada a concurso. Como dijimos nada más salir de la sala: pronto podremos disfrutar de esta película en nuestros mejores televisores, pero, eso sí, un domingo de verano a las 4 de la tarde en Antena 3.

Además de que la sinopsis de la web del Fancine prácticamente te destripa media película intentaremos resumiros la trama de la mejor manera: 6 años después de una catástrofe que parece haber acabado con todo rastro de vida humana, dos solitarias hermanas pasan los días en su alejada granja; hasta que un día un extraño chico llama a su puerta y todo cambia.

No digáis que no tiene una cara de pava que no puede con ella
No digáis que no tiene una cara de pava que no puede con ella

Aparentemente dices “¡Wow! ¡Qué buena pinta!” pero no os equivoquéis, nada más alejado de la realidad. El guion en sí no es tan desastroso, pero hay algo (bueno, más de un algo) en la realización de la película que falla, que falla mucho. Simplemente el hecho de que la película no cuente nada (en la película realmente no pasa nada, absolutamente nada, si la véis os daréis cuenta, aunque no os animamos a que paguéis por verla, la verdad) ya la condena al fracaso, pero es que además está plagada de cosas que sobran, repeticiones argumentales absurdas, planos trillados hasta la saciedad…

Se podría decir que, como Halley, es un ensayo sobre la soledad, aunque está claro que desde otro punto de vista completamente distinto, pues gira más en torno a la locura derivada de tantos años de recogimiento solitario.

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Multitud de saltos temporales, principalmente raccontos (quiebre en el relato volviendo al pasado, no tan repentino como el flashback y más pausado en lo que se refiere a la velocidad del relato) y flashbacks que hacen que a veces la película llegue a ser realmente incomprensible –o eso o que nos hemos quedado tontos tras ver tantos filmes seguidos sin parar-.

Bueno, para no alargarnos más con una película que no nos ha gustado prácticamente nada, simplemente sentenciaremos que no es una película que queramos tirar directamente al cubo de la basura, sino que no queremos que paguéis por ella. Sin más.

3.5/10

La pasión de Michelangelo

Como tantas otras, como el ejemplo anterior de Forever’s end, todavía no comprendemos el criterio de los organizadores a la hora de elegir las películas a concurso, la verdad; porque esta película es una película muy digna, sí, pero no pinta absolutamente nada en el marco de este festival que no sabemos muy bien si está perdiendo el rumbo o siempre ha sido así de difuso.

El filme chileno (basado en hechos reales) trata sobre una realidad que también hemos conocido en España: enmarcada históricamente en las primeras protestas contra el Gobierno militar de Pinochet, una pequeña aldea vive cómo un joven de 14 años llamado Miguel Ángel dice poder ver y hablar con la Virgen; rápidamente la Iglesia envía a un sacerdote a investigar qué está pasando. A partir de aquí, imaginaos lo que puede dar de sí el asunto: relación Iglesia-Estado, la religión y las masas, la figura de los sacerdotes en comunidades pequeñas, abusos a menores y un larguísimo etcétera.

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Nos gusta ir al festival con la cabeza fresca, para no “contaminar” nuestras críticas con los conocimientos previos que tengamos sobre el director o la productora o demás, así que no teníamos ni idea de quién era Esteban Larraín hasta que, tras la proyección, pudimos hablar con él. No hemos visto sus anteriores trabajos, pero visto lo visto y dicho lo dicho no pueden ser muy diferentes a esta pasión: el director, con tres documentales a las espaldas, admitió que incluso cuando quiere hacer una ficción acaba basándola en hechos reales, como vienen siendo el caso. Su experiencia documentalista se ve clara desde el principio. Particularmente, yo soy un amante de los documentales, por lo que ante lo dicho de que tiene poco que decir en el Fancine debo decir que disfruté mucho la película.

Esteban Larraín, el director.
Esteban Larraín, el director.

La narración es exquisita, el tiempo fluye a la perfección, aunque los planos sean lentos y las acciones tranquilas. El reparto bastante bien también. Hay varias curiosidades respecto a esto que el mismo director nos contó al acabar la película: muchos de los extras que aparecen son ex-devotos o aún devotos del verdadero Miguel Ángel pues, además, la película está rodada en el pueblo donde sucedió todo (otro plus de realidad y característica documental que se aleja mucho de esa palabra…fantástico); en un primer momento el protagonista no fue el que aparece en la película, Sebastián Ayala, sino que, si no recuerdo mal, nos dijo que era un chaval con severos problemas psicológicos en relación al verdadero personaje histórico de Miguel Ángel, por lo que tuvieron que acabar haciendo un casting de nuevo, y encontraron a Sebastián, que ha cumplido perfectamente con su cometido.

Miguel Ángel Poblete, el verdadero, a la izqda; Sebastián Ayala, actor, dcha.
Miguel Ángel Poblete, el verdadero, a la izqda; Sebastián Ayala, actor, dcha.

Me resulta especialmente curioso comprobar cómo se tratan temas similares en distintos países; por ejemplo, en España tendríamos el caso de La mala educación de Almodóvar, que por supuesto no tiene nada que ver con esta Pasión de Michelangelo de E. Larraín, pero la temática abordada es más o menos parecida. Pues bien, mientras Almodóvar construye un relato trágico (con aspectos cómicos y dramáticos) impregnado hasta la médula de ese mariconeo que tanto me gusta de todo lo que hace, Larraín elabora una narración de secuencias ordenadas cronológicamente y expone ante el feroz público a una figura tan descabellada como puede resultar Miguel Ángel; se podría decir que Almodóvar cuida más de la integridad de sus personajes, manteniéndolos a salvo de una humillación mayor, sin embargo en esta película vemos cómo el espectador es libre de sentir lo que le plazca hacia la figura que él se encarga meramente de exponer. Hay una escena bastante representativa y que creo es la decisiva para que acabes posicionándote entre el halago, la pena o el asco -nunca, eso sí, la indiferencia-, y es ya casi al final de la película (no voy a desvelar nada), en una escena con cierta relación con la figura de la Virgen. Ahí es donde creo que es más fácil vislumbrar la genialidad del relato.

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Para terminar, sólo reseñar que realmente es una película que merece la pena ver, hay un par de escenas que, como dirían aquí en Málaga, “son crema”, como el tableaux vivant referido a escultura en lugar de a cuadro en el que, mediante un proceso de intertextualidad, se hace una clara referencia a la celebérrima La Pasión de Miguel Ángel; y un par más, siempre cargadas de una fuerte simbología religiosa que, muchas veces en puro enfrentamiento con la acción y la escena, puede acabar viendo cambiado por completo su significado ¿innato?

7.5/10

Artículo: Kiko Izquierdo y Carlos Flores.

Fotografía: Kiko Izquierdo.

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