CLIMA eXtremo

CLIMAX supone un paso de gigante en la historia del cine, ni siquiera necesariamente hacia delante, quizá ni siquiera en una sola dirección: como buen artefacto terrorista posmoderno, dispara su metralla en todas direcciones, de radial a rizomático, acabando incluso con el espectro que lo acoge.

Gaspar Noé vuelve a una técnica aparentemente convecional -2D sin más adjetivos escandalosos-, pero tras haber transitado por los caminos del 3D con Love o de la cámara subjetiva y sin solución de continuidad (plano secuencia) con Enter the void. Sólo después de haber elaborado recetas más o menos exitosas con dichas técnicas puede ahora enfrentarse a una puesta en escena de técnica estándar y que alcance tal nivel de sensorialidad. No se había conseguido con el 3D, no se había conseguido con los planos secuencia en primera persona, se ha conseguido con CLIMAX.

Para mí, más que cine se trata de un espectáculo de danza ampliado, tecnológicamente superior y narrativamente subversivo. Mientras la mayoría de nosotros moriremos sin haber podido nunca disfrutar de ese espectáculo total que dicen que es la ópera, física, sobre un escenario igual de palpable, Noé regala al mundo entero, en forma de producto masivo de reproducibilidad infinita, la que sin duda es una de las coreografías más antropológicamente fascinantes de la contemporaneidad -el voguing es el triunfo superior de la parodia como generador de identidades-. Y no sólo la documenta, sino que la filma de tal forma que es sólo posible de ver a través de un ojo mecánico. Godard dijo adiós al lenguaje, Noé dice adiós al ojo humano. 

Resultado de imagen de michael snow la region centrale
máquina de La Région centrale (Michael Snow)

Todo en CLIMAX es minucioso, preciso y precioso, ajustado, meditado y pensado al detalle, características convencionalmente asociadas a un trabajo artesano a pequeña escala, como podría ser la joyería, pero llevadas aquí a un tamaño monumental, a una obra cuyo peso hará que se hunda la tierra, que se doble sobre sí misma, y vomite toda su humanidad tóxica. Cada uno de los outfits es insuperable, el maquillaje, la música por supuesto, la banda de sonido -siempre activa, nunca silencio, siempre ruido, conversación de fondo-, cada movimiento de cámara ubicado en el momento idóneo, ni un solo recurso usado vagamente, o fuera de contexto, o simplemente sobrante. La estructura clásica, con prólogo y epílogo, los cortes, los colores y las luces, y las cosas que brillan y las que dan sombra, y cada gesto de cada intérprete…

Uno puede pensar, en un principio, que hay unos determinados números de baile, pero lo cierto es que o todo es danza o nada lo es en CLIMAX. Cuando hablan, se tocan, se empujan, se acercan y se alejan, caminan, beben… en todo momento están bailando. Y cuando bailan, es entonces cuando más hablan, más se tocan, más se empujan, se acercan y se alejan, más caminan, más beben, más se dirigen programáticamente hacia la autodestrucción jubilosa, como dirían nuestros amigos de Tiqqun -también franceses- con respecto al hedonismo extremo imperante en toda rave. Porque, ante todo, eso es CLIMAX, una rave de todos los elementos que parecen estorbar a la contemporaneidad para ser un tiempo limpio, como antaño, y no lleno de imposibilidades sociológicas y fórmulas económicas dementes.

Imagen relacionada
Busby Berkeley

CLIMAX es documental, biopic y recreación, es cine fantástico, es videoarte, videodanza y videoperformance, es película de terror y es drama, es humor negro y de acción, es autoral, es un film de arte y ensayo, es todos los géneros cinematográficos y no cinematográficos, pues la experiencia que produce su visionado va mucho más allá de aquello que siempre se ha entendido como… cine.

Resultado de imagen de climax gaspar noe
CLIMAX

Pero además de todo lo sensorial, emocional y esteta que pueda ser CLIMAX, contiene potentísimos discursos sobre temas de más o menos actualidad, pero siempre polémicos; siempre, por tanto, interesantes. Sin posicionarse, sin forzar una identificación del espectador con un protagonista -al ser magistralmente coral y no haber ninguno-, Gaspar Noé se permite el lujo que es hoy ser políticamente incorrecto, sin serlo realmente. Identificar al realizador con alguna de las opiniones vertidas en la película sería infantil y estúpido, y es sin duda el motivo que lleva a muchos a alejarse del cine de este genio vivo. Ellxs se lo pierden.

La erotización de la violación -ya presente en Irreversible-, el aborto -«vivir es una oportunidad única», para luego añadir que está bien tener la opción, para que finalmente todo dé igual y sea terrible 🙆🏾-, la masculinidad y la virilidad, el nacionalismo -en la bandera francesa, telón de fondo permanente están, de forma explícita, el resto de banderas: yo veo la española, como en el desfile de Ágatha, presidiendo una reunión de edgies y malditos, una suerte de talentosos Freaks-, la aconfesionalidad y la religión de Estado… Todo asuntos candentes, irresolubles, caminos siempre abiertos a un nuevo tránsito, a una nueva comprensión. Cualquiera que esté interesado en elaborar metodologías de convivencia en la diversidad debería ver esta película. Al menos una vez al mes. Todos deberíamos hacerlo. Como Prada Marfa en Texas, construiría un cine en mitad de los Monegros en el que se proyectase CLIMAX 24/7. 365.

Resultado de imagen de prada marfa

 

28 Fancine. Dïa 2: el extraperlo

One Cut of the Dead

El terrible hype que la pareja cineasiática se encargó de crear antes de cada proyección que tenían el descaro de presentar, sumado a aquel molesto incidente con el personal de la sala*, hicieron que para mí este pase empezase siendo una verdadera pesadilla.

one-cut-of-the-dead-director-1539518413

Sin embargo, es cierto que la película es tan excesivamente divertida que consiguió cambiarme el mood más o menos pasado el ecuador del metraje. Aun con todo, admito que empiezo a estar bastante cansado de ese rollito metacine que no es más que meta-industria-del cine, queriendo ocupar un lugar antes reservado para el ensayo y ahora monopolizado por un banal suceso cinematográfico.

No es metacine, es cine sobre el show business. Puro entretenimiento –lo cual es en absoluto un mal carácter-.

*Por favor, ¿qué amante del cine –ya no sé por qué presupongo que la gerencia del Cine Albéniz está en esta categoría- permitiría entrar a la sala 20 minutos después de haber empezado la proyección? Pues no sólo lo permiten sino que, además, mantienen el derecho a ocupar el asiento asignado. Esto es: llega cuando te dé la gana al cine, que podrás levantar a media sala si es necesario porque tú, cliente, eres lo primero para nosotros. Luego está… ¡eso! ¡El cine!

Mandy

Creo que hay pocos intérpretes que, a su edad y con su trayectoria, hayan sabido entender tan bien su nuevo sitio como efectivamente lo ha hecho Nicolas Cage. Sabe que es un guilty pleasure –de los más culpables de los que admito ser pecador y reincidente- y explota esa faceta, protagonizando películas que deberían ser malas pero que ya ni lo parecen por culpa de una visualidad maravillosa como esta de Panos Cosmatos.

mandy-movie

Una narrativa rica en lenguaje de videojuegos y conducida por un leitmotiv tan universal como la venganza: así nada puede salir mal. La película es capaz de entretener, sobrecoger, asombrar y divertir a un espectador que se revuelca en la butaca de puro goce. La imagen no pierde potencia en un solo fotograma del metraje y la música de Jóhann Jóhannsson –aparentemente fallecido según los créditos finales- termina de convertir el visionado en una experiencia más que agradable.

Mandy recoge sin complejos todas sus influencias de estéticas gothic kitsch y las envuelve con una renovada y pulcra estética cinematográfica al alcance de cualquiera. Un acierto.

———–

Me quedé sin entrada para la de von Trier así que eso fue todo. Saber que la sala 1 del Albéniz estuvo abarrotada aquella noche complace aun siendo yo uno de los desgraciados que se quedó fuera. En otra nueva broma de los dioses, compré 2 entradas para la proyección del día siguiente, que finalmente no conseguí encasquetar a nadie. Una pena.

28 Fancine. Dïa 1: je suis un monstre

Les Fauves

El evidentemente fallido resultado de intentar hacer una película rara sin serlo en absoluto.

les fauves
esta cara durante toda la película lolxd

Con una planísima y rancia Lily-Rose Melody Depp -hija de Johnny Depp- como protagonista, en el que seguramente sea su primer trabajo cinematográfico de peso -y esperemos que también sea el último-, la película intenta emular torpemente obras maestras vistas también en el Fancine como It Follows, pero sin un atisbo del magistral control de la tensión y el suspense de esta.

Le hubiese valido infinitamente más resignarse a ser lo que en realidad es: otra película de terror de adolescentes que, con el debido tratamiento, podría haber encontrado su hueco en el circuito comercial más o menos alternativo –ese cine de en medio francés que tanto le gusta programar a nuestro querido Cine Albéniz-.

Monstrum

“Monstrum” de “mostrar”, no de “monstruo”. Una descarada pornografía de la imagen que repele a todo el que tenga un mínimo aprecio por el cine como algo más que un medio de expresión complementario.

monstrum
exacto: no os voy a enseñar al «monstruo»

Todo son fallas: el uso indiscriminado e incoherente de determinados recursos audiovisuales, de los que me escuece especialmente ese recurrir desesperado al fundido a negro cuando la limitada mente del creador de este monstruo fílmico no da para más –que, para nuestra desgracia, es bastante a menudo-, es sólo una de ellas.

Los personajes, poco más que un esbozo de prototipos ligeros sin desarrollar, presentes todo el tiempo sin parar de hablar, con diálogos reiterativos e innecesarios. Y para terminar de encarecer tal baratija de película, la ambientación histórica intenta justificar todos los posibles errores, por el contrario, remarcándolos.

Por último, lo que más me molestó de todo fue que, puestos a mostrar al monstruo –cuya presencia a través de la función evocadora del lenguaje ya era suficiente-, este fuera tan absolutamente mediocre, sin más habilidad especial que ser eso, simplemente un monstruo. Soy un monstruo: mato gente, a veces razono como los humanos LOL, pero luego muerdo cabezas porque sí. NEXT.

Estoy convencido de que esta película irá bien en la parrilla de lo que sea la cadena de televisión correspondiente a nuestra Antena 3 en Corea del Sur: recomiendo programarla los fines de semana por la tarde, en la sobremesa. Éxito asegurado.

Muere, monstruo, muere

Una cinta compleja, laberíntica en su discurso y estructura, entumecedora. Embiste a cada rato sin reposo. Y tú resistes los golpes porque ahora, gracias a Alejandro Fadel, también te gusta el dolor, también te identificas con según qué parafilias. David Lynch meets psicoanálisis.

muere monstruo muere
Frida dónde estás que no te veo Æ

Es difícil hablar de Muere, monstruo, muere, pues todo lo dicho es susceptible de ser revisado por otras perspectivas y otros visionados –aunque viene con el sello imborrable de haber pasado por el Un certain regard de Cannes-. Y por ello, como toda buena película, es un viaje: un viaje que no sólo dura el tiempo de visionado, sino que permanece varias jornadas en el fuero interno. A uno se le ocurren mil explicaciones y siempre mil y un preguntas, lo cual es fascinante.

Tras el pase contamos con la presencia de una de las productoras de la película, que en una mezcla mortal entre italiano, inglés, español y quién sabe qué más idiomas, vino a decir que no tenía mucho fuste intentar encontrarle un sentido concreto al filme, sino que era más productivo planteárselo como un acercamiento al universo personal del director, invitando a perderse en él y, sobre todo, a disfrutar del trance.

 

Screenshotter--BADGYALDWAYUDOMEversusLAKIKIOSS-4_22”
fotograma de mi pieza ‘BAD GYAL – D WAY U DO ME versus LAKIKIOSS’

 

Y aún más: la cinta consigue pasar por entre el etiquetado moral, como serpenteando, rozando y acariciando los cuerpos calientes sin llegar a pararse en ninguno de ellos. Por un momento temí poder llegar a clasificar la película como feminista, pero la secuencia final obliga a dejar atrás toda tentativa definitoria.

El tratamiento, a veces tan cercano ya al videoarte más figurativo, es tan delicado, milimétrico y poético que a uno le gustaría pertenecer a eso, aunque eso sea terrible, y loco. Loco, como esa locura rural en Volver de Almodóvar; loco como esa locura surrealista en Mulholland Drive de Lynch; loco como esa locura normalizada por la profunda tradición psicoanalista de Argentina.

Rematar a Federico

La Petenera, Federico García Lorca‘, una obra de Castro Romero Flamenco & Compañía Suite Española presentada el domingo 28 de octubre a las 19h, dentro del Ciclo de Danza 2018 del Teatro Cervantes (Málaga). 

2228-foto4

Toda la primitiva emoción de entrar y ver lleno un teatro demasiadas veces famélico se ha esfumado transcurridos los primeros minutos del espectáculo, marcados por fallos técnicos tan imperdonables a una compañía profesional como a una amateur; es decir: básicos.

Además del predominio del descompás en absolutamente todas las coreografías grupales, otros tantos elementos -he llegado a ver a uno de los bailaores haciendo indicaciones a otro durante una escena- dan a pensar que no se han llevado a cabo los suficientes ensayos generales, en cuyo caso uno se pregunta qué tipo de aficionados presenta el teatro municipal como profesionales. La otra posibilidad es que hayan ensayado lo suficiente, entonces el problema es mayor: son malos y no deberían dedicarse a esto.

Aunque dentro de lo malo sobresale, con méritos, lo peor: el sonido. Una música pregrabada con ese sonido metalizado de tan baja calidad, que uno sueña que termine cuando aparece la música en directo, pero el estupor es inconmensurable cuando esta suena aún peor que la pregrabada. Una mezcla de sonido con un volumen elevado que convierte la escena en una batalla entre las fuentes de sonido: de repente un instrumento se escucha más fuerte que otro, luego otro, luego la voz, todos peleándose. Y no se pueden dejar pasar los flagrantes fallos técnicos del principio del espectáculo, en que el micrófono del narrador quedó abierto durante minutos después de que hubiese abandonado el escenario, llegando a albergar una sonora tos, infiltrada en una escena que debía ser dramática, y termina siéndolo, aunque en otros términos. Esa microfonada voz del narrador, por otra parte, elimina, impulso eléctrico mediante, toda posible aparición del duende en escena.

La voz del cantaor se encuentra en ese registro que tantas veces sirve de frontera natural entre el flamenco y el popularmente denominado flamenquito: aguda y a ratos gangosa, la mediocridad todo lo puede, y su ignorancia lo envalentona para interpretar el ‘Pequeño vals vienés’ de Morente, en un acto de explícito menosprecio a la herencia musical de este valioso patrimonio inmaterial.

Cuando llega la parte del montaje en que todo se convierte en un cuadro flamenco convencional, no queda otra que entender que todo lo anterior ha sido una trampa, o directamente un timo, una máscara descarada y sinvergüenza para hacer pasar por espectáculo integral lo que no es más que eso: un cuadro flamenco convencional. Así se puede comprender la desgana con la que discurre toda la primera parte, en clara contraposición a la segunda, en que la totalidad de los bailaores demuestran tener control sobre lo que están haciendo sobre el escenario, algo que se echó bastante en falta durante los primeros 30 minutos.

Este cuadro, un megamix de grandes hits del flamenco, con bulerías de Cádiz, una saeta, letrillas tan memorables como la del sereno o el legendario ‘Dicen de mí’ de Camarón: eso es realmente este espectáculo, y no Lorca ni su muerta petenera.

Y es que no deja de resultar irritante todo este chabacano aprovechamiento de todo lo más comercial de un Federico García Lorca al fin reconocido como genio universal. Nada queda aquí del alma del artista, empaquetado y plastificado al vacío como un anodino musical de Broadway, con su correspondiente apariencia artificial pero sin su profesionalidad y su profundísimo conocimiento del espectáculo.

Capítulo aparte merecería el comentario relativo a la iluminación, puesta en escena y vestuario. Sólo diré una cosa: máscaras venecianas de baratillo. ¿Por qué? Nadie lo sabe. ¡A nadie parece importarle!

Pero no podemos olvidarnos de él: el bailaor que lo hizo todo mal, desde el principio hasta el final. Dejando a un lado un generalizado despiste y una apariencia permanente de estar fuera de contexto, y por nombrar sólo tres momentos, a mi parecer muy representativos: el primero mientras el cuerpo de baile al completo avanzaba a través del patio de butacas hasta el escenario, él sonreía luminosamente mientras sus compañeros miraban tristes el suelo; luego cuando coloca una mesa sin desplegar sus patas y esta, evidentemente, se cae; y por último, cuando decide en un arrebato de improvisación seguro magistral a su juicio, mientras se canta una saeta a capela, momento siempre íntimo, solemne, espiritual -y da hasta pudor tener que explicar esto-, él decide, en segundo plano, besar a su compañera apasionadamente, rompiendo toda la atmósfera circundante. Pero da igual, hablar de esto es fútil cuando, sencillamente, un bailaor no se sabe las coreografías del espectáculo que presenta en un teatro lleno.

El aplauso unánime del público me sirve para reflexionar acerca de cuán lejos estamos de un verdadero acercamiento de la cultura a la masa y cuán cerca de esa democratización -eufemismo siempre de mercantilización- alienante.

En un hipotético Estado cultural, este tipo de eventos serían constituyentes de delito, contra la salud cultural general del pueblo, quizá, o contra los grandes maestros, también. Admito que, durante la representación, he llegado a fantasear con unos agentes de policía personándose a la salida del teatro, preparados para arrestar a los culpables de este tristemente normalizado sacrificio, inútil además de mal ejecutado.

En definitiva, si bien se han presentado ideas que, a priori, podrían ser interesantes -tanto en términos de danza como de puesta en escena-, estas quedan enterradas bajo gruesas capas de hediondos recursos sobreexplotados, incoherentes e inconexos -introducir transiciones no es relacionar, querido director-, apabullantemente faltos de toda lógica.

Bonus track

Para más inri, nuestro rico tejido local nos nutre de personajes que uno se imagina que llevan sin salir de casa 100 años, o que no han pisado en su vida un teatro. En esas, un caballero sentado en la fila de atrás ha llegado a amenazar a quien, razonablemente, le indicaba constantemente que guardase silencio -una señora de otra fila más atrás-. Mientras, su pareja lo defendía ante el entorno enfurecido argumentando que lo habían alterado, a lo que seguían susurros al oído del miserable para que se callase y se comportase. Con amenazas me refiero, ojo, a amenazas literales: «cuando salga le voy a partir la cara».

Me he quedado con ganas de decirle a ella: cuando te pegue, porque lo hará, si no lo ha hecho ya, espero que al menos no te sorprenda. Así que hoy he descubierto que también se puede detectar a un maltratador sólo por su comportamiento en un teatro. Cómo son los agresores, qué transparentes, qué simples, qué básicos, qué terribles.

26 #Fancine (IV): Palmarés + Conclusiones + X-tra(ck) anécdotas

Ya hace casi una semana que terminó el Fancine, tan intenso como de costumbre, y la tradición de un servidor manda que debe reposar el cuerpo antes de la publicación de la entrada final. Así que aquí estamos, tarde, como siempre, pero mejor que nunca 😉

Palmarés

Como apunta la nota de prensa, todos los premios han sido concedidos a películas asiáticas, algo que parece cuadrar más con el espíritu fancinero que muchos veíamos en todas partes menos en el jurado oficial: pero no ha sido así este año. Esta pista se confirmó al comprobar que fue Under the shadow la ganadora del Premio Universidad de Málaga al mejor largometraje, antes dotado con 6.000€ y, ahora, que ya no hay crisis, ¡con 9.000€! El premio a la mejor actriz ha sido para Narges Rashidi, protagonista de la película. Muy merecidos ambos reconocimientos, sin duda.

UnderTheShadow.jpg

Sin haber visto todas las películas a concurso (me perdí algunas que consideré absurdas, y consideré bien visto lo visto, y otras por haberse agotado las entradas, como Train to Busan), no puedo posicionarme más de acuerdo con el jurado. ¡Por fin! ¡Un jurado fancinero  100% y cinéfilo! Tras el éxito de The battery, ciertos aspectos del palmarés siempre me habían parecido una chorrada colosal.

Aunque no haya sido la del premio gordo, la gran premiada de esta edición ha sido Train to Busan, que además del premio a los mejores efectos especiales por el jurado, ha aunado el gusto de público y prensa (con el primerizo galardón Gato Rabioso de medios acreditados) con sendos premios.

TB1.jpg

Y la tercera gran agraciada en esta edición ha sido Psycho Raman, que acumula 3 premios: mejor director (Anurag Kashyap), mejor actor (Nawazuddin Siddiqui) y mejor guion (Vasan Bala y Anurag Kashyap).

Por último, señalar que Creepy se lleva la mejor fotografía, precisamente por ser poco llamativa (o algo así), dicen.

Still_3_slide.jpg
House Arrest, de Matthias Sahli

En cuanto a los cortos, el Jurado Joven ha entregado los Premios Universidades Públicas de Andalucía (Proyecto Atalaya) Seth de  Zach Lasry (imagen real) y Decorado del director Alberto Vázquez (animación). El jurado joven es también el encargado de otorgar el premio Méliès de plata, galardón que lleva aparejada la selección para competir por el premio Méliès de oro al mejor cortometraje europeo fantástico. La película elegida para representar a Fancine en el festival europeo ha sido la película francesa de animación Of shadows and wings, de Elice Meng y Eleonora Marinoni. Con respecto al público, ha apostado por la suiza House Arrest, de Matthias Sahli, y por la también ganadora del Méliès de Plata, la francesa Of shadows and wings.

Conclusiones

Quizá con las expectativas demasiado altas tras el subidón del año pasado, con bombazos como The lobster, The assasin, Tag, Réalité o Son of Saul, este año el Fancine se nos ha hecho, a todos, muy poca cosa. Lo escuché de compañeros acreditados, lo escuché del público, lo escuché de amigos…

Sin embargo, y esto es lo paradójico, la dura bajada en la calidad cinematográfica de la programación de esta edición ha venido acompañada de un éxito de asistencia apabullante. Varios pases con las entradas agotadas y todo abarrotado, más que de costumbre. Mi teoría es que esto se explica precisamente por todo lo bien que estuvo el año pasado, y porque parece que al fin el Fancine ha roto la barrera de lo friki y empiezan a acudir a él públicos más heterogéneos, como pareció prever la gala inaugural. En todo caso, y comprobando de nuevo el palmarés de Sitges, no parece que este año haya sido precisamente bueno para la producción fantástica.

Es también destacable la mejora en la organización del festival a todos los niveles: prensa, comunicación (redes sociales y creación de contenido), actividades paralelas, etc.

the-survivalist-banner.jpg
The survivalist

Es curioso comprobar cómo, a excepción de Under the shadow, las mejores películas siempre se ubican en secciones fuera de concurso, por motivos que quizá mortales como nosotros desconozcamos por completo: Wild y The eyes of my mother en la sección dedicada a la mujer o Godzilla Resurgence y The survivalist (mi traca final de este Fancine, una obra de arte absolutamente recomendable) en la informativa.

X-tra(ck) anécdotas

Las 3 de la Sala 3

La maldición, al parecer, la llevaba yo conmigo. Y es que no fueron ni una, ni dos, ni tres sino tres las películas que no pude terminar de ver por fallos técnicos en el sistema de proyección de la sala: Momotaro: Sacred Sailors, K-Shop y Sam Was Here. Al parecer los problemas no son nuevos y, ajenos por completo al festival, dejan entrever una precariedad preocupante en la gestión del cine municipal (como recuerda un amigo: de los cines públicos más caros).

Los borrachos, un cuadro neorrealista

Viernes. 11 noviembre. Rondan las 00.50h en la Sala 1 del Albéniz, donde se está proyectando I am not a serial killer. Fuera hace una noche de perros. Dentro: calor y buen cine. Parece que, con estos ingredientes, hubo ciertos personajillos avispadillos que supieron ver el filón de las entradas a 2€, que no parecen ser suficiente medida disuasoria.

Seguramente, nuestros 3 protagonistas estuvieron bebiendo en el centro hasta que, o bien los echaron o bien se quedaron sin dinero, o sencillamente buscaban desesperadamente un lugar de recogimiento donde ahogar el frío interior que los acongojaba. Así pues, todos supimos desde el momento en que entraron en la sala, que no iban a ser unos visitantes educados: iban borrachos y querían que lo supiésemos.

6g.jpg
Los borrachos. Velázquez.

Tras repetidos intentos de provocar el enfado general de la sala (tales como ronquidos falsos o conversaciones a viva voz), y la justa respuesta de ésta, llegó lo inevitable, lo que yo había imaginado minutos antes pero que no pude pensar que fuera a ocurrir: cuando la película iba más o menos por la mitad, se empieza a escuchar un ruido extraño, que no parece, además provenir de ésta, por lo que miro hacia atrás y ahí está, uno de los borrachos, vomitando, vomitando en pleno pasillo de la Sala 1 del Albéniz. Tranquilamente. Vomitando. Tal sería la cogorza que llevaba el susodicho.

Ante esta situación insoportable e insostenible, uno de los asistentes salió de la sala para avisar a alguno de los trabajadores del cine, que finalmente acompañó a nuestros entrañables borrachos a la salida, entrañables borrachos que nunca debieron entrar. Se agradece cierta laxitud en el cine, pero ante tal estado de embriaguez insostenible, se debió haber vetado la entrada. Sin más.

A pesar de haber contado todo esto como una novela de suspense / terror, debo admitir que la situación tuvo su cierta gracia (ninguna), y que aportó al pase una chispa de evento en vivo, de cosa efímera, de carácter irrepetible que no tuvo ningún otro 😉

26 #Fancine (III): Psycho Raman + The Open + I am a hero + Dog eat dog + K-Shop

Psycho Raman, thriller al curry

Cinematográficamente correcta propuesta del indio Anurag Kashyap. Sin expandir los límites del thriller al uso, es más que notable en su realización, sobresaliendo en este caso la fotografía, la música y las interpretaciones (con énfasis en Nawazuddin Siddiqui, que lleva adelante un papel complejo y lleno de difíciles contrastes con vistosa soltura). El resto, sin ser, como digo, nada muy nuevo, satisface, agrada. Es lo que suele pasar cuando ves una buena película, algo que en los festivales de cine, entre tanta paja, a veces se olvida.

psycho_raman_h_2016
El Guincho haciendo un cameo para promocionar ‘Hiperasia’

Próximo pase: X16 17.00h Sala 1 👍

The Open, ¿a dónde pretendes llegar?

Pase con presencia del autor inclusive, algo que un servidor ya creía olvidado en el Fancine, lo que ayudó a estropear aún más la película. «Os va a costar encontrar algo tan diferente como esto», aseguraba el susodicho antes de comenzar la proyección. En el turno de preguntas posterior a la misma, contestaba «sí» a todas las movidas que la gente se montaba en la cabeza.

«¿Es una película sobre la soledad?» Sí.

«¿Es una película sobre el amor?» Sí.

«¿Es una película sobre nada?» También (y esto ya lo digo yo).

the-open-le-film

Es una película demasiado segura de sí misma, y digo «demasiado» porque debe de tener los ojos vendados, pues no va a ninguna parte. Es un tren que avanza y avanza sin llegar nunca a su destino, si es que acaso conoce siquiera su existencia. Nada, next!

I am a hero, gore sentimental

Basada en el manga original de Kengo Hanazawa, la película equilibra inteligentemente las secuencias dramáticas y emotivas con las de acción y gore, encontrando un punto ideal en el que este tipo de producciones resultan mucho más… ¿aptas?

gtz4udb87ykyod8naulf

Muy a destacar las secuencias del zombie atleta, impresionantes, de gran belleza visual y con ese personaje tan maravilloso… Realmente bien, mi primera gozada fancinera de esta edición: una buena película que no sacrifica su violencia extrema por su desarrollo narrativo ni viceversa.

Próximo pase: J17 23.00h Sala 3 👍

Dog eat dog, sin contemplaciones

Comentaba con un amigo justo antes de comenzar la película que echaba de menos un tratamiento visual más arriesgado en esta edición del festival, y justo llegó esta película para satisfacer mis exigentes deseos. Se trata de (otro) thriller (la sección a concurso del Fancine parece que va de eso…) que, en este caso, sí parece escapar un poco de lo encorsetado del género, empezando con una secuencia bastante impactante y efectista.

dog_eat_dog

A remarcar especialmente el tándem Cage – Dafoe, la fotografía (de gran interés formal en bastantes ocasiones) y el guion. Recomendada.

Próximo pase: X16 21.10h Sala 1 👍

K-Shop, justicia divina

Debo admitir que una de las principales razones por las que sigo yendo al Fancine de manera tan intensa es porque suele satisfacer sobradamente uno de mis guilty pleasures: las películas de venganza en que un héroe moralmente cuestionable se encarga de los malos de una forma tan violenta que hace las de catarsis para el espectador. Pues K-Shop encaja en esta categoría al 100%, aunque también convive con un mensaje la mar de necesario (no creo que el argumento de la película deje indiferente a nadie, especialmente si eres joven y sales por la noche).

shop-aboutpage

A esta crítica, no tanto de la ebriedad descontrolada sino particularmente del (inexistente) código moral de una gran mayoría de jóvenes, ingleses en este caso, debo apuntarle un error magno aunque generalizado: en última instancia, se culpa al intermediario del problema (los dueños de la noche: locales, discotecas, etc) o a la herramienta (las drogas, cómo no), en lugar de centrarse en el origen, evidentemente mucho más interesante en cuanto a análisis sociológico. Más allá de eso, otra de esas gozadas fancineras nocturnas… Bueno, habría sido realmente gozada de no haber sufrido interrupciones constantes debido al fallo en el sistema de proyección de la Sala 3 del Cine Albéniz (que, horas antes, nos impidió ver Momotaro: Sacred Sailors).

Próximo pase: X16 23.15h Sala 2 👍

26 #Fancine (II): Godzilla Resurgence + I am not a serial killer + The Giant + Seoul Station

Godzilla Resurgence, mix contemporáneo

No soy un experto conocedor de la saga Godzilla, pero sé que esta película supone una absoluta renovación de la misma, un giro completo en el tratamiento del asunto. Godzilla Resurgence plantea, con todo lujo de detalles y una precisión milimétrica, cómo sería verdaderamente el ataque de una criatura como Godzilla («la reencarnación de un Dios») en el Japón de hoy. Lo muy impregnada que está la película de ese carácter («hoy») es lo que la eleva muy por encima del resto de superproducciones similares, consiguiendo, a través de la parodia y el análisis más crítico del mundo moderno, presentar una obra profundamente contemporánea.

shin_godzilla_2billionyen-1200x675

Seguramente los más fans la hayan odiado, y los que fueron a verla con alguna expectativa acabarían sumidos en un aburrimiento colosal. Todo ello debido, sin duda, a la cantidad de decisiones arriesgadas que ha tomado el equipo: empezando por centrar la película en lo vivido en los despachos de la burocracia japonesa y acabando por presentar al que sea, posiblemente, el Godzilla más feo de todos los tiempos (sólo de manera temporal).

Así es: si esperas ver una superproducción de catástrofes y destrucción masiva, lo tendrás, pero no supone más del 15% de la película, el resto es una clase magistral sobre la jerarquía vertical en la toma de decisiones de los poderes públicos, la gestión de emergencias a gran escala y la táctica militar. Es, por tanto, una película literalmente política, algo que nadie esperaría de una entrega de Godzilla pero que, sin embargo, no defrauda lo más mínimo.

godzilla-resurgence-1

Además el filme lo deja claro en diferentes ocasiones: es todo una parodia, se está riendo de lo que representa. El montaje paralelo de Godzilla dejando su rastro de destrucción en la ciudad y los políticos reunidos en despachos silenciosos tomando decisiones en reuniones muy formales y educadas es toda una genialidad y un humor de primer nivel. No debemos olvidar que, como dice uno de los personajes durante el metraje, «la burocracia es la base de la democracia».

A todo este contemporary mix debemos añadirle la calidad suprema de las escenas de acción y destrucción, con unos efectos especiales impecables y una estructura in crescendo que termina de dejar en el espectador esa sensación de tremendo goce que uno busca en una película de estas magnitudes, una macroproducción ejemplar en todos los sentidos.

I am not a serial killer, la píldora indie

Uno de esos caramelitos que uno agradece de vez en cuando. Una peliculita humilde y poco pretenciosa que, sin ser excepcional en ningún aspecto, no deja nada que desear. La historia, original del libro homónimo de Dan Wells, es bastante interesante y produce el suficiente jugo como para poder ir despiezándola agradablemente a lo largo del metraje. Una de esas producciones indies que están guays, y mucho, pero que no pasa de eso.

i-am-not-a-serial-killer-4

Lo mejor, sin duda, tanto los personajes como sus interpretaciones. En particular, el protagonista está construido en base a fundamentos muy sólidos y con unas contradicciones curiosas, pero es la interpretación del mismo, a cargo de Max Records, la que termina de encumbrarlo. Sutil, delicada, elegante, coherente, plena… Lo mismo que podríamos decir de la fotografía, y del guion, y de la dirección… En definitiva: una película sin duda a recomendar, pero ni mucho menos uno de esos must tan valiosos.

The Giant, meh

Dejando a un lado lo raros que son los nórdicos, así en general, pero en particular con respecto a sus narrativas, la película no es (sólo) que sea rara, sino que te deja así como con una sensación de… ¿qué? Pero no un «qué» de asombro, sino de un «qué» de «qué». Humilde en su resultado y engañosa en su título y su sinopsis, no pasa de anécdota. Si bien es cierto que, como suele ocurrir, hay momentos bastante buenos, y de hecho en general no es mala, el resultado final deja bastante que desear. Con un punto de partida tan interesante, creo, podría haberse llegado a lugares mucho más interesantes, pero la cinta se mantiene en todo momento escasa de todo, como con miedo de echar un poco más de sal al sofrito, bastante soso.

maxresdefault

Me llamó la atención de manera recurrente el way of life nórdico y la presencia constante del alcohol, así que, saliéndome un poco por la tangente, me gustaría profundizar en este aspecto. Por lo (poco) que he visto de cine nórdico, particularmente las particulares, valga la redundancia, piezas de Roy Andersson, advierto una cuestión compleja y problemática: su sociedad parece tan avanzada, tan perfecta, que ellos mismos se buscan sus propios problemas, al no planteárselos la estructura intrínseca a su modo de vida. Esto es: nos aburrimos porque no tenemos problemas y somos felices / bebemos / la liamos y por fin tenemos problemas y entretenimiento. Un poco extraño todo, seguiré investigando… ¡Ah! Bueno, y muy triste, el final.

Seoul Station, prescindible

Mi plan era hacerme el doblete surcoreano Yeon Sang-ho: Seoul Station + Train to Busan pero, debido a que se habían agotado las entradas para la última, sólo pude quedarme con la impresión que me produjo la primera, y fue horrible. Pretende ser algo cercano al drama social y se estrella estrepitosamente, pretende ser comedia y es un fracaso absoluto.

Una película de zombies más, cumpliendo todos y cada uno de los elementos de una metafórica lista de cosas que debe tener una película de zombies, sin salirse lo más mínimo de este guion previo. Absolutamente prescindible. Muy irreverente para jóvenes y muy sencilla para adultos. Quizá pueda servir como introducción al género, pero estoy convencido de que hay cantidad de títulos que puedan servir más a esta misión, cumpliéndola con más honores y ofreciendo al espectador algo más que una práctica académica.

screen-shot-2016-08-15-at-11-39-22-am
Uno de los momentos más estúpidos de la película.

Todas las cosas pasan porque sí, sin tener apenas relación unas con otras, A con B, lo posterior con lo anterior… Se admite que el punto de partida no sea explicado, no que no haya punto de partida. Se admite que los personajes surjan de prototipos, no que sean prototipos. Y así con todo. Tooooodos los personajes son estereotipos, además de unos inútiles de cuidado. La animación está bien, pero no es que sea una cosa loca. Nada, una pérdida de tiempo total y la causante de una bajona que me hizo irme a casa con muy pocas ganas de seguir con el Fancine. Suerte que he seguido y me he encontrado con nuevas perlitas…

Kiko Izquierdo

Próxima entrega: Psycho Raman, The Open, I am a hero, Dog eat dog.

 

26 #Fancine (I): Ceremonia inaugural + The Neon Demon + Swiss Army Man + The eyes of my mother

Ceremonia inaugural

El cambio en la dirección cultural de la UMA (esto es, Tecla Lumbreras como Vicerrectora de Cultura y Deportes -antes Vicerrectorado de Extensión Universitaria-) se está notando intensamente en todos los aspectos que le conciernen: desde la explosión del Contenedor Cultural como emergente aunque asentado lugar de acogida de numerosas y variadas propuestas culturales hasta, por supuesto, nuestro querido Fancine (aka Festival de Cine Fantástico de la Universidad de Málaga).

_MG_9646.jpg
Fuente: Equipo Fancine

Al giro en el tratamiento de la prensa (con políticas más lógicas y funcionales y acreditaciones profesionales al fin) se le suma el lavado de cara de la gala de inauguración, dirigida por Violeta Niebla y Alessandra García y localizada en la Sala 1 del Albéniz en lugar de en el Teatro Cervantes, como venía siendo tradición. Parece que el Fancine va encontrándose de nuevo consigo mismo, olvidando pretensiones absurdas, sabiendo localizar su sitio. Así, la gala fue sencilla pero efectiva, con momentos brillantísimos (las baterías sonando incluso al principio de la película fueron, sin duda, un atrevimiento más que acertado), otros quizá más extraños (el tartamudo, ¿por qué?) y otros inmensos (¡larga vida a Alba Chica Latina!). A los que veníamos acostumbrados a las galas de los últimos años se nos hizo poca cosa, pero es problema nuestro, pues creo que en realidad es así como deben ser.

The Neon Demon, la vacuidad

La película seleccionada para cerrar la inauguración y abrir el Fancine fue lo último de Nicolas Winding Refn (sí, el de Drive): The Neon Demon. La cinta venía propulsada por su polémica en Cannes, donde ha sido abucheada e insultada por la prensa. Este hecho se tradujo en unas expectativas muy básicas, pero expectativas al fin y al cabo: al parecer, la película decía algo, pues te obligaba a posicionarte radicalmente, algo que adoro en cualquier obra. Personalmente me sentí sumamente defraudado, pues no consiguió siquiera cumplir esas mínimas.

clemfsswmaampyw

Todos lo sabemos: NWR es un creador de imágenes fascinante y muy a tener en cuenta siempre, pero eso jamás justificará la falta de trabajo y, al menos yo, considero que The Neon Demon es una película vaga, poco trabajada y apenas desarrollada. Dejando a un lado el guion de 2 cuartillas y la ausencia de mensaje alguno (repito: lo sabemos, eso no es lo importante en la obra de este autor), sigue faltando cierta elaboración final. Para mí es un producto inacabado, algo más propio de una preproducción que de un producto final.

En The Neon Demon no hay nada: ni una nueva vuelta de tuerca sobre el feroz mundo de la moda ni un tratamiento estético absolutamente ensordecedor (aunque sí, y esto es imposible negarlo, potentísimo y arriesgado), ni siquiera puede observarse ese carácter salvaje y desatado del que todo el mundo habla. Quien haya visto mucho Fancine dudo que pueda advertir mucho salvajismo en la película (salvo el final, excelente, elegante y comedido a la vez que sórdido), más bien todo lo contrario: una labor de contención suprema, desfogada en escasos y breves momentos de supremacía estética y bestialidad fílmica que, sin sostener del todo el filme, al menos lo salvan.

Swiss Army Man, humor para básicos

Los que más disfrutaron la película fueron los cuarentones moteros catetos que teníamos sentados detrás, que no dejaron en ningún momento de comentar todo lo que pasaba en la pantalla y reírse a viva voz. Esto, estoy convencido, es lo que mejor habla de la película. Ellos son su público. Y lo saben. Uno de ellos lo dijo claro:

¿Cuántas veces puede uno reírse de un cuesco? ¡Todas!

Y qué razón. Efectivamente, se reían a un volumen muy elevado cada vez que alguno de los personajes se tiraba un cuesco, y esto, los que han visto la película lo saben, ocurre demasiadas veces.

cc833329

Si bien el punto de partida del film es ingenioso e interesante, el desarrollo del mismo no hace más que encaminarlo hacia lo más hondo en una caída en picado. Como decía antes de The Neon Demon, se trata de un producto poco (o nada) desarrollado, que pretende vivir de lo divertido de su punto de partida, sin saber avanzar hacia nada que merezca realmente la pena.

El problema de la película no es que sea absurda (esa es, de hecho, su virtud), sino que no sabe gestionar ese tono absurdo, no sabe llevarlo a ninguna parte.

The eyes of my mother, lo terrible

Terrible. Sencillamente terrible. Terrible en el sentido de genial, intensa, fría, cruel… Terrible. Un drama como la copa de un pino realizado con una elegancia admirable. Primera y única película de Nicolas Pesce, desconocido hasta el momento, a quien habrá que seguir en sus próximas producciones para comprobar si esto ha sido otro capítulo de la suerte del principiante o de veras tiene algo que ofrecernos. De momento todo indica que sí, que tiene algo.

eyes-of-my-mother-2

El film, en blanco y negro, se aleja un poco de tanto exceso visual, tan característico del Fancine (y tan apreciado), y se centra en otro tipo de excesos: en todo momento la trama es apasionante y las acciones exceden los límites del correcto comportamiento humano. Es tan realista y natural que, en algunos momentos, incluso tienes que reírte de lo absurdo de la situación; absurdo precisamente por estar planteado algo tan loco como algo tan normal. Y es que es justamente lo normal lo que se ve afectado y subvertido por la película, llevada de manera constante y acertada por la protagonista, un personaje construido con mucho cuidado e interpretado detalladamente por Kika Magalhaes.

De la película me gustó todo (excepto que me perdí el principio…malditas sean las colas fancineras): la fotografía, el argumento, el guion, los personajes, las interpretaciones, la música (fantaaaaastica), el tono (frío, oscuro, terrible…), la estructura, etc. Recomendación total.

Kiko Izquierdo

Próxima entrega: Godzilla Resurgence, I am not a serial killer, The Giant, Seoul Station.